Morelia, Michoacán, 12 de Junio de 2025.- Lo que debía ser el inicio de una nueva vida terminó convirtiéndose en una dolorosa despedida.
Pratik Joshi, un ingeniero de software establecido en Londres desde hace seis años, llevaba tiempo preparando la llegada de su familia a Reino Unido. Por fin, los planes se concretaban: su esposa, la doctora Komi Vyas, y sus tres hijos abordaban el vuelo 171 de Air India rumbo a Europa, dejando atrás su vida en la India para reunirse con él y comenzar un nuevo capítulo juntos.
Antes de subir al avión, capturaron un momento lleno de emoción: una selfie familiar con sonrisas sinceras, esperanza en los ojos y maletas cargadas de sueños.
Pero la ilusión se desplomó junto con la aeronave. El vuelo nunca llegó a destino. El avión se estrelló y no hubo sobrevivientes. Todo terminó en cuestión de segundos.
La tragedia sacudió no solo a Pratik, sino a dos países que fueron testigos de un futuro prometedor que se esfumó en el aire. Lo que debía ser un reencuentro se convirtió en luto.
Esta historia no solo entristece; también nos confronta con lo efímero de la vida y nos recuerda que cada despedida, cada abrazo, cada fotografía, podría ser la última.





