Crónica: la fila eterna del borrón y cuenta nueva de Bedolla

Morelia, Mich., a 29 de diciembre del 2021.- “Mejor vénganse por la noche y quédese hasta mañana, los otros llegaron desde muy temprano y siguen formados, hoy ya no alcanza”, se escuchar decir reiteradamente al policía auxiliar de la Oficina de Rentas de la Central Camionera de Morelia.

Son las cuatro de la tarde y la gente aún llega al módulo a pagar sus tramites vehiculares, pero ya hay poca esperanza de que se pueda pagar.

Ante los pocos días que quedan de la condonación de impuestos vehiculares del programa Ponte a Mano, Borrón y Cuenta Nueva, de la Secretaría de Finanzas y Administración, los conductores se han volcado a pagar sus impuestos.

Empero, desde el lunes se han registrado largas filas en las diferentes oficinas en Morelia y Michoacán.
En la Oficina de la Central Camionera desde la madrugada hay gente esperando para ser atendida y pagar.

A las 9 de la mañana ya hay una gran fila de centenas de personas, que esperan bajo el frío y el hambre. Inician las actividades y se forman dos filas, una para la licencia permanente y otra para los trámites de la Tenencia Vehicular.

Foto: Moreliactiva

Las filas parecen avanzar rápido, pero de repente se detienen su avance. Las horas comienzan a pasar, lentamente la fila sigue su trayecto a una exasperante tasa de 4 lugares por 45 minutos. Algunas personas se salen de la fila, otros entablan amistad con él del lado.

Pasan las horas lentamente y el sol comienza a regañar a los contribuyentes. Cerca de las 2 de la tarde, salen las autoridades de la oficina de rentas a decir que no alcanzan más personas a pagar sus tramites.

Ante la negativa, la fila se deshace y la gente comienza gritar, la Policía Auxuliar llega con una decena de elementos y tres patrullas.

Un jefe de la policía vestido de civil y portando un arma, acompaña al director de la oficina y cuando la mayoría de quejosos se va, el también replega a sus hombres y se marcha.

Aún así, continúa la atención hasta más de las cinco de la tarde y un poco más de personas se forma.

Empero, al menos dos personas, incluyendo al reportero que escribe, no se les hicen válidos su pago, arguyendo irregularidades en el sistema.

La gente señala con semblante iracundo, que es necesario que se habrán más módulos y se contrate a más personal para atender la demanda, además, exigen que sea transparente el estatus de cada tarjeta de circulación y poseedor de vehículo, pues nadie sabe su situación hasta que esta se le expone en ventanilla.

Además, todos se quejan que no de poder pagar vía electrónica y en bancos, pues este método obliga a pagar sin descuentos.

Al final, después de más de 8 horas de espera, muchos pueden pagar y otros no.

La noche comienza a caer y lo único que se escucha es, “no puede pagar tiene que ir al Modulo de Capuchinas”.

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