CDMX, a 11 de agosto.- Cuatro fueron los descensos que autoridades realizaron ayer en la mina del municipio de Sabinas, Coahuila, para explorar las condiciones previas al rescate de los 10 trabajadores que quedaron atrapados hace una semana, informó este jueves Luis Cresencio Sandoval, titular de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).
Durante su intervención en la conferencia de prensa presidencial, el General detalló que un elemento militar del Equipo de Respuesta Inmediata a Emergencias o Desastres y un rescatista civil realizaron los descensos el miércoles al interior del pozo número tres, donde retiraron 13 polines de madera y 15 metros de manguera flexible.
No obstante, Cresencio Sandoval destacó que posteriormente dos buzos militares, quienes también entraron a la mina, “encontraron que no tienen espacio para avanzar, tienen obstrucciones, hay maderas y siguen habiendo algunos polines”, aunque aseguró que seguirán con los trabajos de rescate.
Asimismo, dio a conocer que la extracción del agua es constante. En ese sentido, explicó que el total del volumen reducido desde el pasado 3 de agosto hasta el día de hoy ha sido de 148 mil 460 metros cúbicos, mientras que la cantidad de agua extraída el día de ayer fue de 18 mil 425 metros.
La funcionaria confió en que este jueves los rescatistas puedan entrar al pozo dos; sin embargo, subrayó que es importante evaluar la situación “para no exponer a nadie”. “Entendemos la urgencia de entrar y ojalá que el día de hoy pueda ser”, añadió.
Los mineros quedaron atrapados allí el 3 de agosto luego de que se derrumbó un área contigua de una vieja mina que estaba llena de agua, lo que provocó una fuerte inundación. Las labores de evaluación y retiro de obstáculos se iniciaron después de que las autoridades lograron reducir los niveles del agua.
En la mina de carbón, ubicada en el municipio Sabinas, laboraban 15 trabajadores, pero sólo cinco lograron salir tras el ingreso del agua. Los mineros, todos de bajos recursos, trabajaban en el lugar sin medidas de seguridad ni supervisión de las autoridades.
Desde el día del accidente, las autoridades iniciaron la extracción de agua de los pozos, de unos 60 metros de profundidad, con la ayuda de una veintena de bombas de extracción. Sin embargo, el proceso se demoró debido a que el nivel bajaba con mucha lentitud, porque mientras el agua salía por un lado, entraba por otro. Ante esa situación, el equipo a cargo de la emergencia decidió realizar dos perforaciones en el área para evitar que continuara ingresando más agua.
Sobre la condición en la que se encontrarían los 10 mineros atrapados, las autoridades no han ofrecido información, pero especialistas han reconocido que es muy complicado que puedan salir con vida y dicen que todo dependerá de si lograron encontrar un espacio para guarecerse del agua.
Desde hace varios días rescatistas y buzos habían tratado de entrar a los pozos, pero la profundidad de la inundación, y la acumulación en la mina de elementos sólidos y maderas, obligaron a las autoridades a posponer el ingreso al área por razones de seguridad.
Unos 672 agentes de las fuerzas militares y otros cuerpos de seguridad participan en las labores de rescate.
Tanto la Fiscalía General de la República (FGR) como la Fiscalía de Coahuila iniciaron investigaciones y tomaron declaración a una persona que dijo ser el dueño de la mina, pero hasta el momento no se han realizado anuncios sobre el avance del proceso.
El caso ha reactivado las críticas sobre las precarias condiciones en las que trabajan muchos mineros en México, sin cumplir con medidas de seguridad como sistemas de ventilación, salidas de emergencia y equipos de seguridad, y sin la supervisión de la Secretaría del Trabajo.
Fuente Sin Embargo