Reflexión: ¿Por qué seguimos pretendiendo que el rol de “proveedor” excluya otras responsabilidades?

Las polémicas declaraciones de Chicharito Hernández han abierto un debate sobre los estereotipos de género. Con su frase provocadora –“Entonces, quieres a un hombre proveedor… pero para ti, limpiar es opresión patriarcal… interesante.”– se pone en evidencia una contradicción que muchos aceptamos sin cuestionarla.

El rol del proveedor: Se exige al hombre que garantice la estabilidad económica de la familia, mientras se lo exime de participar en las labores domésticas, un “privilegio” que refuerza viejos paradigmas. Corresponsabilidad en el hogar: La división equitativa de las tareas diarias es fundamental para construir relaciones basadas en la igualdad. Nada impide que ambos miembros compartan responsabilidades, tanto en las finanzas como en los trabajos del hogar. Más allá de etiquetas: La verdadera modernidad radica en reconocer que cada quien aporta según sus habilidades, sin que el género determine roles predeterminados.

En un contexto donde la equidad es cada vez más exigida, resulta indispensable repensar estas estructuras que, lejos de liberar, siguen encorsetando a las parejas en estereotipos anticuados. ¿Crees que es hora de romper con esos roles tradicionales y construir nuevos modelos de convivencia?