Morelia, Michoacán a 18 de julio de 2025.- Ricardo Ordóñez, ciudadano de Coatzacoalcos, falleció este martes luego de mantener una huelga de hambre durante 38 días en la Plaza Lerdo, frente al Palacio de Gobierno del estado de Veracruz. El hombre permanecía encadenado a una luminaria como forma de protesta ante lo que calificó como indiferencia institucional.
Ordóñez exigía ser recibido personalmente por la gobernadora Rocío Nahle García para denunciar un presunto fraude inmobiliario que, según sus declaraciones públicas, lo dejó en una situación crítica, enfrentando amenazas de muerte y sin ningún tipo de protección. Señaló además que acudió en múltiples ocasiones ante la Fiscalía General del Estado, sin obtener respuesta alguna.
Durante más de un mes, su presencia fue visible para autoridades, transeúntes y medios de comunicación. Sin embargo, nunca se generó un acercamiento directo por parte del gobierno estatal. Su muerte ha generado una oleada de críticas y reclamos desde colectivos ciudadanos, organizaciones de derechos humanos y diversos sectores de la sociedad veracruzana.
Activistas denuncian que el caso representa una omisión grave por parte del aparato institucional, no solo por la falta de atención a una protesta extrema, sino por el incumplimiento del deber de proteger a quien denuncia. “Lo dejaron morir frente al poder”, han expresado en redes sociales y conferencias improvisadas.
La presión social aumenta y ya se convocan movilizaciones para exigir una postura pública de la gobernadora Nahle, así como una investigación seria sobre las causas del fallecimiento y el proceder de las autoridades estatales. El caso de Ricardo Ordóñez trasciende lo personal: abre un debate doloroso sobre el derecho a la protesta, el acceso a la justicia y la responsabilidad gubernamental.
