Morelia, Michoacán a 13 de junio de 2025.- El pasado 7 de junio de 2025, Jesús Molina Veya, un migrante mexicano de 45 años, perdió la vida en el hospital Phoebe Sumter de Americus, Georgia, tras ser hallado sin signos vitales dentro del Centro de Detención de Stewart. Este centro es operado por la empresa privada CoreCivic y supervisado por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE).
La muerte de Molina representa el octavo deceso de una persona migrante mientras se encontraba bajo la custodia de ICE en lo que va del año y el segundo ocurrido en Georgia en menos de un mes. El hecho ha incrementado la presión pública sobre las condiciones de detención en estos centros y ha avivado el debate en torno a las políticas migratorias del gobierno estadounidense.

Según el informe oficial, el personal del centro notó la mañana del 7 de junio que un grupo de internos estaba congregado frente a una celda. Al ingresar, descubrieron a Molina con una ligadura en el cuello y sin pulso. Se le practicaron maniobras de reanimación y fue trasladado de inmediato al hospital, donde fue declarado muerto a las 18:42 horas. La causa oficial de muerte se encuentra bajo investigación.
Molina tenía un historial de entradas irregulares a Estados Unidos desde 1999 y había sido detenido por última vez el 28 de febrero de 2025 por violar su libertad condicional. Enfrentaba antecedentes penales relacionados con abuso sexual infantil, posesión de sustancias ilícitas, conducción bajo los efectos del alcohol y atropello con fuga.
El caso ha desatado reacciones tanto en Estados Unidos como en México. Organizaciones civiles han denunciado las condiciones del centro de detención Stewart, donde han fallecido 13 personas desde su apertura. Diversos reportes periodísticos y de organismos como la ACLU señalan fallas sistemáticas en la atención médica, negligencia y diagnósticos erróneos en varios centros de detención migratoria.
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, expresó su condena por la muerte del connacional y exigió mayores garantías para los derechos de los migrantes detenidos. Por su parte, ICE sostiene que las instalaciones cumplen con los estándares de seguridad y atención médica, aunque los críticos insisten en que el sistema presenta fallas estructurales que lo hacen insostenible.




