Durango, 24 de septiembre de 2025.– La muerte de Paloma Nicole Arellano Escobedo, adolescente de apenas 14 años, ha conmocionado a Durango y al país entero. La joven falleció tras complicaciones derivadas de una cirugía estética realizada en la clínica Santa María, en circunstancias que hoy son investigadas por la Fiscalía.
De acuerdo con la denuncia presentada por su padre, Carlos Arellano, el procedimiento —implantes mamarios— se llevó a cabo el 12 de septiembre, sin su consentimiento y bajo engaños. El cirujano señalado es Víctor Manuel “N”, presunta pareja sentimental de la madre de Paloma, identificada como Paloma Yazmín “N”.

Según el padre, la madre mintió diciendo que viajarían a la sierra por un contagio de COVID-19, manteniéndolo incomunicado. Días después, recibió la noticia de que su hija estaba en estado crítico: sufrió un paro cardiorrespiratorio, inflamación cerebral, fue inducida a coma y terminó intubada. Tras una semana de agonía, Paloma Nicole perdió la vida el 20 de septiembre.
En el funeral, el padre descubrió con horror que su hija había sido sometida a una cirugía estética.

La Fiscalía de Durango abrió una carpeta de investigación por omisión de cuidados contra la madre y por homicidio culposo contra el médico. Hasta ahora, ambos permanecen prófugos. La clínica Santa María, pese a estar registrada ante COFEPRIS, se encuentra bajo revisión por posibles irregularidades en el consentimiento informado.
El caso ha generado un fuerte reclamo social, ya que no es el primer antecedente del cirujano: su propia madre, la reconocida estilista Trini Galindo Lugo, murió tras un procedimiento estético realizado por él, según reportes locales.
La comunidad exige justicia, transparencia y que no existan privilegios derivados de vínculos políticos o familiares, pues se señala que el médico es hijo de un exfuncionario estatal.
Paloma Yazmín “N”, además, se hacía pasar como enfermera sin contar con certificación, lo que agrava aún más las acusaciones.
Hoy, la voz de un padre que clama justicia resuena con fuerza: “Que la historia de mi hija no se repita jamás”.





