Morelia, Michoacán a 28 de septiembre de 2025.- Durante su intervención ante la Asamblea General de la ONU, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, sorprendió al anunciar que, al regresar a su país, abrirá una convocatoria para que ciudadanos colombianos se inscriban como voluntarios con el objetivo de unirse a lo que él denominó la “liberación de Palestina” en la franja de Gaza.
En un discurso que generó una inmediata tormenta política y mediática, Petro afirmó: “Si me toca ir a mí, iré”, dejando claro que, incluso de manera personal, estaría dispuesto a sumarse a la causa. Su declaración provocó reacciones encontradas tanto a nivel interno como internacional.

Por un lado, sectores de la oposición colombiana calificaron la propuesta de “imprudente” y alertaron sobre los riesgos legales y diplomáticos de un llamado de este tipo. En contraste, seguidores y simpatizantes de Petro defendieron sus palabras como un gesto de solidaridad con el pueblo palestino y un posicionamiento político frente al conflicto en Medio Oriente.
A la controversia se sumó un momento simbólico: mientras Petro pronunciaba su discurso, la delegación de Estados Unidos abandonó el salón, un gesto interpretado por muchos como un rechazo tácito a sus declaraciones.
El mandatario también planteó la idea de crear un “ejército internacional de liberación”, que —según explicó— debería someterse a votación multilateral para su eventual conformación.
En los próximos días, se espera que el gobierno colombiano ofrezca detalles sobre la logística, los requisitos y las implicaciones diplomáticas de esta propuesta, que ya ha encendido un debate intenso dentro y fuera de Colombia.




