Mexico, 14 de Noviembre de 2025.- El Gobierno de México puso en marcha una ofensiva de gran escala para enfrentar a por lo menos doce organizaciones criminales que mantienen presencia y actividad delictiva en Michoacán, una entidad que atraviesa una etapa crítica de violencia tras el asesinato del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo, y del líder citrícola Bernardo Bravo en las últimas semanas.
La estrategia fue definida durante una reunión de alto nivel celebrada en la XXI Zona Militar de Morelia, encabezada por el secretario de Seguridad, Omar García Harfuch; el titular de la Sedena, Ricardo Trevilla; el secretario de Marina, Raymundo Pedro Morales; el comandante de la Guardia Nacional, Hernán Cortés; y el gobernador de Michoacán, Alfredo Ramírez Bedolla.
El secretario de Gobierno estatal, Raúl Zepeda Villaseñor, confirmó que la ofensiva se enfoca inicialmente en una docena de cárteles, aunque no descartó que la lista aumente conforme avancen las labores de inteligencia y se identifiquen más estructuras criminales.
“Se combatirá a todos los grupos delincuenciales que operan en la entidad; ya están identificados y son más de doce”, indicó.
Los grupos criminales identificados
De acuerdo con mapas elaborados por el Ejército, la FGR y la FGE, en Michoacán operan al menos doce organizaciones:
Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG)
Cártel de Tepalcatepec
Los Blancos de Troya
Los Viagras
Cártel de Los Reyes
Los Caballeros Templarios
Cártel de Acahuato
Cártel de la Costa
La Familia Michoacana
Cártel de Zicuirán
Pueblos Unidos
Cártel de Los Correa
La ofensiva busca desarticular a estas células mediante operaciones coordinadas en diversas regiones del estado.
Operativos desplegados en zonas prioritarias
En Michoacán hay actualmente 10,506 agentes del Ejército y de la Guardia Nacional desplegados, concentrados principalmente en Uruapan y Apatzingán, consideradas zonas rojas por su nivel de riesgo y la disputa territorial entre grupos delictivos.
A este operativo se suman 1,781 elementos de la Secretaría de Marina, encargados de la vigilancia en el Pacífico y en los municipios costeros de Lázaro Cárdenas, Aquila y Coahuayana.
Los asesinatos que encendieron alertas
El crimen del alcalde independiente de Uruapan, Carlos Manzo, la noche del 1 de noviembre durante una celebración de Día de Muertos, desencadenó una fuerte exigencia social de seguridad. El edil recibió siete disparos de un arma calibre 9 milímetros, presuntamente relacionados con la disputa entre el CJNG y Los Caballeros Templarios.
El agresor, un joven de 17 años, fue abatido en el lugar por escoltas del propio alcalde, desatando una investigación de la Fiscalía estatal.
Días antes, el 19 de octubre, fue asesinado Bernardo Bravo Manríquez, presidente de la Asociación de Citricultores del Valle de Apatzingán. La FGE responsabilizó del ataque a César Sepúlveda Arellano, “El Botox”, líder de Los Blancos de Troya.
El sector citrícola de Michoacán ocupa alrededor de 40 mil hectáreas y abastece gran parte del mercado nacional a través de 52 empacadoras, lo que lo convierte en un punto estratégico y vulnerable ante el control criminal.
