Carlos Torres Piña; la columna más sólida que podría dar equilibrio y rumbo al poder judicial de Michoacán 

Por Erik Camargo

En Michoacán, donde la política se teje con hilos de poder, confianza y estrategia, hay nombres que sobresalen no solo por su trayectoria, sino por su capacidad de construir gobernabilidad. Uno de ellos es Carlos Torres Piña. Hoy, su perfil resuena con fuerza para ocupar la Fiscalía General del Estado, no como una apuesta circunstancial, sino como un movimiento calculado que responde a la necesidad de consolidar instituciones con visión de largo plazo.

La sucesión en la Fiscalía General no es un simple trámite administrativo: es una de las jugadas clave en el rediseño del poder en Michoacán. Ante la inminente salida del fiscal Adrián López Solís, se abre una ventana histórica para transformar a fondo una de las instituciones más importantes del estado, y todo apunta a que Carlos Torres Piña es el perfil que mejor encarna esa transformación.

Secretario de Gobierno, operador político de primer nivel, aliado estratégico del gobernador Alfredo Ramírez Bedolla y figura influyente dentro del lopezobradorismo michoacano, Torres Piña reúne todos los elementos que exige el momento: inteligencia política, capacidad de diálogo, experiencia legislativa y, sobre todo, liderazgo probado.

Desde el inicio de este sexenio, Torres Piña no solo se asumió como el brazo político del Ejecutivo, sino como el responsable de tender puentes con sectores históricamente relegados. Ha mostrado capacidad para contener crisis, construir consensos y mantener la gobernabilidad en momentos clave. Su estructura territorial, sumada a su habilidad para la operación fina, le ha permitido posicionarse como una de las figuras más sólidas de la 4T en el estado.

Su eventual llegada a la Fiscalía General no solo marcaría un cambio institucional profundo, sino que sería también una declaración política: el compromiso del gobierno estatal por tener una fiscalía autónoma, sí, pero con un titular que entienda las complejidades del Estado y que tenga la altura política para emprender una verdadera transformación desde adentro.

El reto es enorme: combatir la corrupción estructural, recuperar la confianza ciudadana en las instituciones de justicia, y depurar las prácticas que han frenado el acceso real a la legalidad en muchas regiones de Michoacán. Pero si alguien ha demostrado tener el carácter, el conocimiento y la determinación para asumir ese desafío, es Carlos Torres Piña.

Y no, su posible llegada a la Fiscalía no significa que se descarte para proyectos políticos mayores. Al contrario: aceptar el reto de encabezar una institución tan delicada y compleja podría ser el escenario perfecto para construir una candidatura desde la responsabilidad, la eficacia y el compromiso con la transformación del Estado.

Porque en Michoacán ya no hay espacio para improvisaciones. Se requieren perfiles con visión, temple y capacidad para construir futuro. Y Carlos Torres Piña ha demostrado que no solo está listo, sino que es el mejor perfil para encabezar la nueva etapa de la Fiscalía General del Estado. Una etapa que, sin duda, marcará el rumbo de los próximos años en la vida pública de Michoacán.

Morelia, Mich., a 17 de julio de 2025. ¡Es Cuanto!