México, 8 de Octubre de 2025.- Por más que el discurso de austeridad se repita en Morena, parece que algunos de sus representantes viven en otro nivel.
Gerardo Fernández Noroña, senador morenista, vuelve a estar en el ojo del huracán, esta vez por protagonizar una gira política digna de un magnate, no de un funcionario de la autodenominada Cuarta Transformación.

Durante el fin de semana, el legislador realizó un recorrido por Torreón, Piedras Negras y Ciudad Acuña, trasladándose en un avión privado de lujo con un costo de 2 mil dólares por hora, equivalente a unos 280 mil pesos por toda la gira.
El modelo utilizado fue un Socata TBM850, una aeronave ejecutiva de alta gama, conocida por su velocidad, confort y acabados premium.
El vuelo partió de Toluca y, según registros de vuelo, aterrizó en Torreón el viernes por la noche. De ahí, Noroña viajó al norte de Coahuila para participar en sus llamadas “Asambleas Informativas A Ras de Tierra”, irónicamente bautizadas así, considerando su medio de transporte.

En su trayecto fue acompañado por Shamir Fernández y Pily de Aguinaga, ambos militantes morenistas en Coahuila. El itinerario incluyó vuelos y traslados terrestres, sumando alrededor de seis horas de vuelo y una pernocta adicional.
La polémica estalla porque, de acuerdo con el decalogo de austeridad emitido por Morena en 2024, “el poder se ejerce con humildad y no hay lugar para banalidades”, punto que explícitamente desaconseja el uso de aviones privados.
La contradicción se hace aún más evidente si se recuerda que la presidenta Claudia Sheinbaum destituyó en 2021 a su secretaria de Turismo, Paola Félix Díaz, precisamente por volar en un jet privado a una boda. En ese entonces, Sheinbaum fue tajante:
> “Eso se acabó. Nada de usar aviones privados. Aquí no hay privilegios”.
Sin embargo, Fernández Noroña parece haber ignorado ese mensaje. No es la primera vez que su estilo de vida genera controversia.
En marzo de este año fue criticado por viajar en Business Class a Estrasburgo y en agosto se reveló que adquirió una mansión de 12 millones de pesos en Tepoztlán, Morelos, sin registro catastral ni pago de impuestos.
El legislador ha justificado sus lujos diciendo que cubre las diferencias de su bolsillo y que los “ataques” son políticos. Aun así, su salario como senador —131 mil pesos brutos al mes— dista mucho de los gastos que ha realizado.
Además, en 2024 Grupo Reforma documentó que el morenista recibió donativos por más de 500 mil pesos en su canal de YouTube, pese a que la ley prohíbe a los servidores públicos aceptar aportaciones personales en efectivo.
Así, entre vuelos privados, mansiones y “asambleas informativas”, Fernández Noroña se aleja cada vez más del discurso de austeridad que tanto presume su partido.




