Buenos Aires, Argentina, 12 de Noviembre de 2025.- En una decisión que ha generado amplio debate social, el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Argentina, comenzó a aplicar una nueva normativa que restringe el acceso a eventos masivos —como conciertos, partidos de futbol, festivales y otros espectáculos públicos— a las personas inscritas en el Registro de Deudores Alimentarios Morosos.
La medida tiene como objetivo promover el cumplimiento de las obligaciones parentales y hacer visible una problemática que afecta a miles de familias: la falta de pago de pensiones alimenticias por parte de padres o madres que incumplen con su responsabilidad económica hacia sus hijos.
De acuerdo con las autoridades locales, las empresas organizadoras de eventos estarán obligadas a verificar si los asistentes figuran en dicho registro antes de permitir el ingreso. En caso afirmativo, la entrada será denegada, sin posibilidad de reembolso.
Funcionarios porteños explicaron que esta disposición forma parte de una política integral que busca incentivar la responsabilidad y el compromiso familiar, más allá de sanciones económicas o judiciales. “Quien no cumple con su deber de mantener a sus hijos no puede disfrutar de espectáculos de lujo mientras otros sufren carencias básicas”, señaló un portavoz del gobierno local.
La iniciativa ha sido recibida con opiniones divididas. Mientras sectores sociales y colectivos feministas celebran la medida como un paso firme hacia la justicia y la equidad familiar, algunos críticos la califican de punitiva y discriminatoria, al considerar que debería centrarse en facilitar mecanismos de pago y no en prohibiciones públicas.
Argentina se suma así a una tendencia creciente en América Latina, donde distintos países han comenzado a imponer sanciones sociales y administrativas a los deudores alimentarios, como la imposibilidad de tramitar pasaportes, licencias de conducir o acceder a ciertos créditos.
Con esta medida, Buenos Aires busca poner en el centro del debate la responsabilidad parental y reforzar el mensaje de que la paternidad o maternidad no termina con la separación, sino que implica un compromiso permanente con el bienestar de los hijos.
