Morelia, Michoacán, 22 de Mayo de 2025.- La calma de Tehuacán se rompió tras la brutal agresión a Misael, un joven vendedor de frutas de apenas 22 años. Su único “delito”: ofrecer su mercancía sobre la banqueta frente al hogar equivocado.
Un padre y su hijo no dudaron en hacer justicia por su cuenta: lo golpearon, lo asfixiaron y, cuando ya estaba inconsciente, lo estrellaron contra el suelo, dejándolo en estado de convulsión.

Las autoridades, sordas ante el clamor de justicia, decidieron mirar hacia otro lado. Pero el pueblo no. Al filo de la medianoche, los vecinos se organizaron en silencio. Cuando las campanas marcaban las doce, rodearon la casa de los agresores.
La familia, alertada, huyó no sin antes dejar atrás una casa que terminó hecha escombros entre la furia y la indignación popular. Incluso quienes debían mantener el orden optaron por correr con ellos.





