#8M, entre repudio a la violencia contra la mujer y represión policial

Morelia, Mich., a 8 de marzo de 2022.- La marcha del #8M en Morelia hizo sentir el repudio de la mujer hacia la violencia en que vive inmersa, pero sobre todo la exigencia enardecida de miles de niñas, jóvenes y adultas que salieron a las calles para demandar seguridad en su día a día, esa que dicen no encontrar en las garantías que ofrecen las autoridades.

Fueron miles las que se movilizaron en este Día Internacional de la Mujer, una fecha que para las mujeres no representa una celebración, sino una oportunidad para exponer el miedo, la zozobra y la rabia que emana de su ser al no encontrar condiciones dignas de vida, frente a una sociedad que no parece entender el nivel de violencia al que están expuestas.

Esa oportunidad de movilización fue motivada desde hace varias semanas, a través de la organización de conferencias de prensa, de las que diferentes colectivos feministas se valieron para ampliar la convocatoria de la mega marcha prevista para este 8 de marzo.

La convocatoria a esta marcha tomó aún más fuerza cuando el gobierno de Michoacán, a unos cuantos días del #8M, decidió montar vallas metálicas en las inmediaciones de Palacio de Gobierno. El objetivo era claro: evitar que el recinto sirviera de pizarrón para plasmar pintas de repudio a la violencia que enfrenta la mujer.

“Montar barreras como respuesta, no es la respuesta”, condenaron integrantes del colectivo Mapas, a unas cuantas horas de que el gobierno a cargo de Alfredo Ramírez Bedolla evidenciara cuál sería su postura de cara a la manifestación feminista.

Llegó el día: la tensión creció más

Con el antecedente antes expuesto, el gobernador Alfredo Ramírez Bedolla convocó a conferencia de prensa para anunciar que impulsará una reforma ante el Congreso del Estado, mediante la que pretende ampliar el castigo al feminicidio en Michoacán.

Lo que parecía ser una estrategia de contención a la marcha resultó lo contrario, ya que mientras el gobernador daba su anuncio el Palacio de Gobierno estaba siendo cubierto de tela verde para reforzar el blindaje del recinto.

La gota que derramó el vaso

Ante posturas de colectivos que criticaron el actuar el gobierno de Michoacán, por considerar que se estaba limitando su derecho a la libre manifestación, el gobernador comparó al movimiento feminista con la violencia que se desató hace apenas unos días en el estadio Corregidora de Querétaro, donde, como resultado de un enfrentamiento entre las barras de Gallos Blancos y del Atlas, al menos una veintena de aficionados perdió la vida, de acuerdo con cifras extraoficiales.

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“Vean lo que pasó en Querétaro; no puede promoverse ni alentarse la violencia de ningún lado. Sabemos que hay grupos (de este tipo), uno que se llama Las Incendiarias, ya lo tenemos ubicado y les hacemos un llamado para que eviten la violencia”, declaró en conferencia de prensa.

Inicia la marcha

Frente al blindaje del Palacio de Gobierno y las declaraciones del gobernador, inició la marcha del #8M con la participación de miles de mujeres que, portando pancartas, tambores, lonas y banderas, reclamaron justicia por los feminicidios registrados en Michoacán, así como igualdad y respeto a sus derechos sexuales y reproductivos.

Los contingentes se agruparon en dos puntos: el monumento a Lázaro Cárdenas y la Calzada de San Diego. Desde ahí, se movilizarían más tarde al Palacio de Gobierno, el “gigante de hierro que pretendían derribar”.

“¡Ni una más!”, “¡Que tiemblen los machistas!” y “¡Hay que abortar al estado patriarcal!”, fueron algunas de las consignas que emanaron de los colectivos mientras uno de ellos se aproximaba al Congreso de Michoacán, y el otro al Palacio de Gobierno.

Tensa calma en el corazón de Morelia

A su llegada al primer cuadro de la capital, los colectivos comenzaron a realizar todo tipo de pintas en los edificios del Centro Histórico, sobre todo en sucursales bancarias y establecimientos comerciales.

Las pintas se extendían rumbo a dos objetivos firmes: el Congreso de Michoacán y el Palacio de Gobierno, donde, sin saberlo, ya las esperaban granaderos para evitar que ambos recintos sufrieran daños.

Comienza la represión

Cuando la marcha llegó a Palacio de Gobierno se rompió la organización de los colectivos partícipes, pues, frente a su intención de derribar las vallas metálicas montadas en los alrededores del edificio de cantera rosa, se encontraron con elementos de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) ocultos detrás de estructuras de hierro, posición desde la que arrojaron gas lacrimógeno y balas de goma a quienes se aproximaban al recinto.

Los intentos de derribar al “gigante de hierro” fueron muchos, pero todo quedó en intentos, ya que la intención de los colectivos no prosperó.

A unos metros de Palacio de Gobierno, en el Congreso de Michoacán, líderes de diferentes colectivos pedían a las manifestantes guardar la calma y no caer en provocaciones de los elementos de seguridad presentes en la escena, tanto de los que permanecían ocultos detrás de las vallas metálicas como de los que portaban disfraces de civiles.

En medio de la respuesta de la Policía Michoacán y ante esfuerzos frustrados de derrumbar la valla metálica que protegía el Palacio de Gobierno, los colectivos se comenzaron a replegar.

No todos, uno de ellos, el más radical, se mantuvo frente al recinto, buscando férreamente cumplir con su cometido.

Sus intenciones derivaron en detenciones, en las que también tuvo participación la Policía de Morelia, que, un tanto dispersa, se sumó poco a poco al operativo que orquestó la Secretaría de Seguridad Pública.

Así, entre represión y condenas hacia la postura que tomó el gobierno de Michoacán en torno a la marcha del #8M, los colectivos abandonaron el Centro Histórico de Morelia a eso de las 21:30 horas, entre reclamos por la represión de la que dijeron ser víctimas y repudiando con consignas la violencia que padece el estado, violencia que ha cobrado la vida de 55 mujeres, tan sólo en lo que va de 2022.

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