Morelia, Mich., a 4 de octubre de 2022.- “¡No disparen, es mi hijo!”, exclamó el padre de Julio César Chagolla, ‘Julín’, minutos antes de que dos elementos de la Policía Morelia le quitaran la vida a su hijo, un joven de apenas 27 años de edad, estudiante de Biotecnología de la Universidad Tecnológica de Morelia y aficionado al basquetbol.
En audiencia, el padre de ‘Julín’, Julio César Chagolla Monge, narró qué pasó la noche del pasado 12 de agosto de 2020, fecha en que dos policías de Morelia -hoy procesados en el penal de Mil Cumbres- ejecutaron a su hijo al interior del fraccionamiento Jardines del Toreo, donde la familia de la víctima vive desde hace 27 años.
“Eran entre las 7 o 7:30 de la noche y ‘Julín’ me dijo que iría a jugar basquetbol, le gustaba mucho el basquetbol, todo parecía normal, comúnmente iba a jugar a unas canchas que están dentro del mismo fraccionamiento”, reseñó Julio César Chagolla, padre.
Lo que parecía un día común, resultó ser una desgracia para la familia, pues el padre de Julín recordó con voz entrecortada que a eso de las 9:00 de la noche salió de su domicilio y se sentó en una piedra de cantera, donde regularmente esperaba la llegada de su hijo.
“Alrededor de las 9:30 mi otro hijo, Raúl Chagolla, se comunicó conmigo y me dijo que Julio se había metido a una casa, en la calle Ganadería del Rocío del fraccionamiento, fui de inmediato, tardé dos minutos cuando mucho”.
Al llegar, declaró ante la jueza a cargo del caso, se encontró con cinco elementos de la Policía Morelia, tres hombres y dos mujeres. Los efectivos policiales se encontraban afuera del domicilio al que Julín había ingresado. Esperaban su salida.
“Cuando llegué, bajé de mi carro y me dirigí al domicilio, estaba a unos dos metros del lugar, y de pronto se abrió la puerta, era mi hijo, que salió con sus brazos ensangrentados, con las manos empuñadas, pero alzadas, mostrando que no portaba ninguna arma”.
Julín padecía déficit de atención
El padre de Julín trató de explicarles a los elementos de la Policía Morelia presentes que su hijo padecía déficit de atención, y que estaba pasando por una crisis. La explicación fue ignorada y, sin mediar palabras, una de las oficiales golpeó con su tolete el rostro del joven, de acuerdo con el testimonio.
La reacción de ‘Julín’ fue inmediata y se alejó corriendo. En ese momento los cinco elementos de la Policía Morelia desenfundaron armas y persiguieron al joven que terminó siendo víctima de una ejecución extrajudicial.
Antes de la tragedia, uno de los elementos procesados, de nombre Julio Arley S., tropezó en la persecución y se disparó en una pierna por error. Después de su error, el policía desató un infierno en el fraccionamiento Jardines del Toreo.
“Hijo de tu puta madre”, gritó el policía, de acuerdo con el testimonio del Julio César Chagolla, quien dijo que después de mentar madres a los cuatro vientos, el policía herido accionó su arma contra Julín.
A este se sumó el otro elemento procesado, de nombre Juan Manuel J., quien, bajo órdenes de su compañero de patrulla, comenzó a disparar también.
“Julio Arley se encontraba en el suelo disparándole a mi hijo, y al mismo tiempo le pidió a Juan Manuel que también lo hiciera. Le estaban tirando a unos 3 o 4 metros de distancia”.
Julín dejó de correr
“Julín sólo corría, moviendo sus manos, como si con sus manos se hubiese podido proteger de las balas, y así siguió corriendo hasta que le pedí que no lo hiciera, en ese momento paró”.
Con Julín rendido, viendo de frente a su padre, el policía Juan Manuel J. cortó cartucho y disparó su arma sobre el pecho del joven.
“Cuando le dispararon corrió todavía unos 60 metros y después cayó, y ya en el suelo, casi con los ojos blancos, el policía todavía le apuntó. En ese momento yo llegué, lo encaré y me dijo: ‘quítate que a ti también te…’. No alcanzó a decírmelo, pero amagó con dispararme”.
Una vez que Julín estaba en el suelo, Julio César Chagolla detalló que cerca de 20 elementos, todos de la Policía Morelia, llegaron y se llevaron del lugar a los elementos implicados.
“Después ya no vi más, vi muchas patrullas, a mi hijo tirado en el suelo y a muchos elementos, quizás unos 20, llevándose a los responsables”, dijo.
Lo que siguió fueron denuncias y posteriormente audiencias, como la que desahogó hoy el padre de Julín, quien, a dos años del asesinato de su hijo, sigue reclamando justicia y un castigo ejemplar para los dos policías partícipes en el homicidio.