Por Omar Arriaga
Así como Platón creía que existen básicamente dos tipos de delirio, uno que es una enfermedad del alma y otro que es un don de los dioses, siendo precisamente el amor uno de estos, que se definía en la Antigüedad como la búsqueda la belleza, igualmente parece claro que si bien no existe un único tipo de amor y que las relaciones humanas no pueden reducirse a estas tipificaciones, toda especie de amistad y cariño familiar, incluso el de los animales, es una cara de ese amor; pero por otro lado, está lo que comienza a surgir sólo cuando dos personas sienten una iluminación interior gracias a la otra.
No sé si es posible lograr estas relaciones poliamorosas tan populares en Internet en los últimos tiempos, pero está claro que la atracción por otra persona es el primer paso hacia la pasión y quizás algo que se pueda identificar como amor.
¿Es el amor fácilmente identificable? Algunos dicen que sí, pero Francesco Alberoni observó en El erotismo que el “interludio luminoso”, es decir, la fase en la que uno se siente fascinado y encantado por el otro, no es todavía el amor.
De hecho, si los síntomas persisten por más de seis meses o un año podría hablarse de algún tipo de patología, puesto que química y fisiológicamente no es concebible que el cuerpo tolere esta condición, tanto que al cabo de un tiempo uno se volvería inmune a la oxitocina y, por ende, a la dopamina y a la serotonina, las sustancias provocadas por el encuentro y la presencia del otro.
¿Es el amor la pasión en sí misma? ¿El amor no debe hacer sufrir al otro?, ¿es el amor un camino de libertad? ¿Debe el amor ayudar al otro a convertirse en lo que ya es en principio? Es un enigma.
Lope de Vega, el dramaturgo español, dice que sólo después de un período de convivencia uno puede entender quién es el otro; en ese momento puede nacer el amor como forma de compartir una visión del mundo y de las cosas, aunque al final él mismo acaba diciendo que el amor no se distingue muy bien de la costumbre. Esta afirmación no parece políticamente correcta, pero quizás solo los años puedan responder.