Morelia, Mich., a 5 de abril de 2022.- A cinco años de que se escribiera una de las páginas más sangrientas en la historia de la comunidad indígena de Arantepacua, sus víctimas, tanto directas como indirectas, siguen esperando justicia por las ejecuciones extrajudiciales, torturas y allanamientos ilegales que perpetró la Secretaría de Seguridad Pública en la demarcación los días 4 y 5 de abril de 2017.
Con un deseo de justicia desenfrenado, cientos de comuneros de Arantepacua marcharon este martes en la capital michoacana, desde donde se hizo sentir la impotencia y enojo de una población indígena inconforme por la impunidad que dice encontrar en las autoridades, frente a la masacre que sufrió esta demarcación cuando Silvano Aureoles Conejo era gobernador, y el hoy titular de la Fiscalía General del Estado (FGE), Adrián López Solís, secretario de Gobierno.
La impotencia del pueblo de Arantepacua se hizo sentir cuando un grupo de comuneros arribó esta tarde a las instalaciones de la FGE, lugar en el que se plasmaron pintas, gritaron consignas y lanzaron piedras contra los muros y ventanas de la instancia que, en teoría, vela por la procuración de justicia en Michoacán.
“¡Asesinos!”, gritaban los manifestantes, mientras el contingente seguía creciendo, casi tan grande como la rabia que denotaron familiares y víctimas indirectas de los hechos registrados un día como hoy, pero de 2017.
Entre consignas y con pancartas en mano, los comuneros de Arantepacua que viajaron a la capital michoacana responsabilizaron de estos hechos al exgobernador Silvano Aureoles Conejo y al titular de la FGE y exsecretario de Gobierno, Adrián López Solís, a quienes señalaron como los “asesinos intelectuales” en la masacre que vivió la comunidad.
Avanza movilización al Centro Histórico
Una vez que realizaron diferentes destrozos en la Fiscalía de Michoacán, el contingente se movilizó al Centro Histórico de Morelia, donde más tarde se realizaría un mitin para condenar el “crimen de Estado” perpetrado en la comunidad perteneciente al municipio de Nahuatzen.
“¡Fue el estado!”, gritaban los comuneros partícipes en la manifestación, mientras un grupo radicalizaba la protesta con la quema de una unidad de tránsito de la Policía Michoacán.
A eso de las 14:30 horas la movilización cesó su andar frente a Palacio de Gobierno, donde no se encontraron con endebles vallas de seguridad que no tardaron en ser derribadas por quienes reclamaron justicia para el pueblo de Arantepacua.
Ya con las vallas derribadas, los comuneros destrozaron ventanas y grabaron pintas en el Palacio de Gobierno, pintas en las que imperó el reclamo de justicia por las cuatro ejecuciones extrajudiciales, 10 casos de tortura y 56 allanamientos ilegales que enfrentó la demarcación indígena, a manos de la Policía Michoacán.
Ante este escenario, la comunidad de Arantepacua exigió que la Fiscalía General de la República absorba el caso, tras insistir en que el titular de la Fiscalía Estatal, Adrián López Solís, está incidiendo en un conflicto de intereses por haber formado parte del gobierno de Silvano Aureoles Conejo cuando se consumó dicha agresión.
Así, las calles de Morelia se inundaron de reclamos de justicia, todos ellos provenientes de la comunidad de Arantepacua, demarcación indígena que sigue exigiendo cárcel para los responsables de las agresiones que sus habitantes sufrieron en 2017, año en que se grabó uno de los episodios más oscuros para la Meseta Purépecha.