Por: Christián Gutiérrez.
En Michoacán existe déficit de gobernabilidad; el gobierno de Morena tiene demasiados fierros en la lumbre y no logra frenar todos los conflictos que le están estallando como cuetes en las manos al gobernador, Alfredo Ramírez Bedolla.
Estudiantes de escuelas normales hacen de las suyas, incitados por un error de comunicación de parte del gobierno estatal. Desde la subsecretaría de educación media superior y superior, los amagaron con disminuir el número de plazas en las escuelas normales, lo que encendió la mecha de varios jóvenes y de pseudo profesores porros que tienen como aspiración de vida, vivir con plaza de docente, pero haciendo “desmadre” cada que sea necesario.
Un reemplacamiento sin placas -durante 25 días- muy caro, sin un óptimo sistema en línea, sin descuentos, con largas filas y muchas aglomeraciones, con módulos receptores de rentas cerrados o sin personal, porque tomaron sus vacaciones hasta el mes de febrero o se enfermaron de Covid-19. Todo esto acelera la descomposición en el ánimo de miles de michoacanos que desean pagar sus placas, pero no encuentran un gobierno eficiente; desde luego, el discurso populista se los comió demasiado pronto. El Poder Ejecutivo prometió que el reemplacamiento sería una “panacea”, y nada de eso ha sucedido.
Otro de los fierros en la lumbre, es el sector educativo de Michoacán, el cual ha sido evidenciado como una cloaca pestilente. La propia secretaria de educación en la entidad, Yarabí Ávila, reconoció en diciembre pasado (en reunión con diputados locales), una serie de ilegalidad increíbles, por ejemplo:
a) Dijo que hay personal que labora 5 horas, pero cobra jornada completa.
b) Que existe incompatibilidad de dobles jornadas, con hasta 42 horas o 50 horas a la semana.
c) Aseguró que hay profesores que aparecen registrados en dos municipios no colindantes.
d) Dijo que hay personal con plaza de docente, pero que desarrolla actividades administrativas.
e) Aseguró que hay trabajadores con más de una plaza administrativa, pero también tienen plazas de docentes que jamás han trabajado.
f) Señaló que existe más de un directivo en las escuelas.
g) Y más de una plaza de cargos superiores en las escuelas o en las oficinas administrativas.
Sin embargo, reconocer esto no es lo peor.
Lo peor al evidenciar la cloaca en la que se ha convertido la secretaría de educación en Michoacán, es no hacer nada y prometer que se hará. La secretaria de educación se comprometió a cancelar las plazas ilegales y limpiar estas violaciones a la ley, pero nada de eso ha sucedido, pero eso sí, los michoacanos siguen pagando sueldos y bonos de personas que “trabajan” en la ilegalidad.
Y un último fierro en la lumbre –aunque hay más-, es la reciente declaración del Gobernador de Michoacán en el sentido de que, no piensa dar prórroga en meses para que los contribuyentes reciban descuentos en el reemplacamiento.
Si bien la posibilidad de trasladar los descuentos en el tiempo, es una atribución legal que corresponde a los diputados locales, y estos deberían reformar el Artículo Tercero Transitorio de la Ley de Ingresos 2022, el gobernador de Michoacán ya demostró públicamente el desprecio que siente por los apoyos sociales que van más allá de dar becas y despensas a estómagos agradecidos, que entregan fácilmente su voto a cambio de apoyos clientelares.
El que trae un carro y necesita una prórroga para recibir un descuento por el pago de sus placas nuevas, no necesariamente será un estómago agradecido, como aquellos que busca el populismo. Capturar gente “agradecida” implica invertir recursos que no necesariamente podrían capitalizarse en votos; de ahí la reticencia de ayudar a los contribuyentes con una prórroga en el reemplacamiento.
De hecho, son varios fierros en la lumbre los que tiene el gobernador de Michoacán. En realidad, no inicio con el pie derecho, y eso que hoy no hablé de la inseguridad pública, que tiene a Michoacán entre los 3 estados de la República mexicana más violentos, a decir de las cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.
*El autor es consultor, tiene estudios de doctorado en Política, de maestría en Comunicación, de maestría en Neuromarketing, de maestría en Ciencia Política y de licenciatura en Derecho.